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Con el sol a cuestas. Día 0: De vuelta a la capital danesa

DIA
0. BELFAST-DUBLIN-COPENHAGUE

Quedaban
tan solo unos minutos para que empezara mis vacaciones, ¡qué ganas de disfrutar
unos días del verano! Ese verano que por estas latitudes aparece por sorpresa y
dura no más de una semana. Cuando dejamos Belfast una buena tromba de agua nos
acompañó hasta el autobús que nos llevaría al aeropuerto de Dublín. Por el
camino el agua parecía no ceder y lo último que se te pasa por la cabeza es que al día
siguiente vas a estar sudando la gota gorda y con un sol de mil demonios. Poco
a poco fuimos reseteando nuestras rutinas de trabajo y nos acomodamos en los
asientos del avión. Tras el despegue ya nos sentíamos aún más “libres” si cabe.
El vuelo transcurrió sin turbulencias y un bello anochecer nos estaba esperando
tras los molinos eólicos cercanos al puente de Oresund.

 

Atardecer desde la aeronave
Los molinos eólicos

No
habíamos planificado que hacer en las 4 horas de espera hasta que saliera
nuestro vuelo hacia Estambul, pero rememorando las experiencias que habíamos
tenido en Copenhague en nuestras dos visitas anteriores, no dudamos en
comprobar el transporte hasta el centro y sus horarios. Excitados por no tener
que ir a trabajar al día siguiente fuimos a la taquilla y compramos los
billetes de tren hasta la estación central, sin saber el precio de los mismos,
pero es sí cerciorándonos de que a la hora adecuada había tren de vuelta.

Cargados
como caracoles volvimos a salir a las puertas del Tivoli, en el que se veía un
gran ambiente nocturno, la temperatura era fresca, la sudadera no sobraba.
Dimos una vuelta por el centro y en una de sus calles comerciales nos metimos
en un pub donde jugaba el R Madrid de fondo, un músico con su guitarra y
colección de pedales animaba el cotarro. Se trataba de un pub irlandés, parecía
que el destino no quería aún despegarnos de las costumbres de esta verde isla.
Cayeron un par de pintas disfrutando con la música en directo y cuando el
futbol y la cerveza hubieron acabado, nos levantamos para ir a otro sitio que
teníamos que visitar, el albergue de la Youth de Copenhague. No el albergue en
sí, sino el bar del albergue. Allí, unos años atrás habíamos estado de fiesta
tras nuestra escala volviendo de Islandia (diario pendiente, por cierto) con
nuestro amigo el checo y allí también volvimos hacía poco más de un año cuando
fuimos a Eurovisión en Malmo. Recordando viejos tiempos (y no tan viejos) cayó
otra cerveza y casi sin darnos cuenta estábamos ya en el tren de vuelta al
aeropuerto. 

Copenhague by night
Cervezas en el youth hostel de Copenhague

Si no era ya lo suficientemente tarde, el vuelo se retrasó. Nunca
habíamos volado con esta compañía (Pegassus Airlines) pero el que fuera de bajo
coste ya nos hizo sospechar de que un vuelo con salida en la madrugada pudiera
llevar retraso de más de 1h. El pequeño contratiempo no nos iba a amargar
nuestro primer día de vacaciones, así que matamos el tiempo y siendo más zombies que
personas acabamos dentro de la aeronave. Antifaz sobre los ojos y tapones en
los oídos me dispuse a intentar conciliar algo el sueño.

Siguiente Capítulo

Índice de capítulos

Día 0. Belfast-Dublín-Copenhague

Día 1. Copenhague-Estambul

Día 2. Estambul

Día 3. Estambul. Bus nocturno a Nevsehir (Cappadocia)

Día 4. Cappadocia

Día 5. Cappadocia. Bus nocturno a Pamukkale

Día 6. Pamukkale-Kusadasi

Día 7. Kusadasi-Samos-Ikaria

Día 8. Ikaria-Mykonos

Día 9. Mykonos-Santorini

Día 10. Santorini

Día 11. Santorini

Día 12. Santorini. Ferry nocturno a Atenas

Día 13. Atenas

Día14. Atenas. Bus a Kalambaka (Meteora)

Día15. Meteora. Bus a Tesalónica. Vuelo a Gerona.

 

 

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