Japón,  Viajes

Pan in Japan: Shinkansen, Ramen to Onsen. Día 13: Kyoto – Gora

Apurando el momiji

En capítulos anteriores en Kioto hemos visitado el templo de Fushimi Inari, hemos dado una vuelta nocturna por Kioto, he disfrutado de la ciudad en días de lluvia y visité el Kioto funfamental, que no te debes perder. Pero en esta entrada os cuento la visita al templo más bonito de Kioto en otoño y mi viaje hasta la zona de Hakone.

Mi última mañana en Kyoto amanecía soleada y con buena temperatura. Tenía billete de tren para ir hasta la zona de Hakone pero aún podía aprovechar la mañana kyotense. No tardé mucho en hacer la mochila (luego volvería al albergue a por ella) y coger la de asalto con la cámara y poco más. Onigiris en el 7 eleven y bus hasta el templo Zenrinji (o Eikando que es como se le llama). Este templo fue una recomendación de la gente del albergue y la verdad que todo un acierto. Resultó ser el templo más bonito de Kioto en otoño.

Templo de Zenrinji o Eikando

Como ya he comentado en otras entradas, en la mayoría de los templos no se paga entrada pero en este caso sí. Creo que fueron unos 1000 yenes (unos 8€), parece caro al principio pero una vez dentro a mi me pareció bastante aceptable.

El templo Eikando es un templo budista enclavado en un escenario maravilloso que el momiji resalta. La cantidad de colores y grados de rojo, naranja, amarillo y verde hacen la delicia de los ojos y que por mucho que intenté, la cámara no fue capaz de captar en todo su esplendor. Además, cuando estuve allí no había mucho turista y eso hizo que disfrutara el doble de la visita.

Al entrar puedes ir directamente al primero de los tres edificios abiertos el público o caminar por sus premisas exteriores. Yo me decanté por la segunda opción ya que vi menos gente. Seguí las indicaciones de la Tahoto pagoda y tras unas cuantas escaleras conseguí llegar hasta ella. La pagoda se aprecia mejor desde abajo pero desde arriba hay unas vistas del complejo y de parte de Kyoto.

Entrada a Eikando
Decidí ir hasta la pagoda que se ve al fondo
A través de preciosos caminos coloreados
Para tener unas bonitas vistas

De vuelta al punto de partida me descalcé para entrar en el primero de los edificios, todos conectados por un suelo de madera, donde me esperaba un buda y unas preciosas puertas correderas pintadas con diversos motivos. El paseo rodea varios jardines con árboles y rocas y llega hasta el edificio donde se concentraba la mayor parte de los fieles y que contenía una estatua de Amida, un buda celestial.

Por si el lugar no fuera suficientemente bonito, al salir de los edificios te topas con un estanque precioso con puentes de piedra y rodeado de puro momiji. Sin duda un lugar para pararte, saborear y disfrutar. Es de esos pocos lugares que te atrapan y hacen que creas que el tiempo no avanza y del que despiertas solo al mirar al reloj. 

Jardines entre edificios
La pagoda desde el interior
Momiji
En el interior se encuentra Amida
Colorido
El precioso estanque
Puente de piedra
Disfrutando de los exteriores

Camino del filósofo

Y fue el reloj el que me dijo que muy a mi pesar había que movilizarse. En vez de volver a la misma parada de autobús decidí acercarme hasta el camino del filósofo (Tetsugaku no michi), que se encuentra casi a las puertas del templo, y caminar un rato por él hasta la siguiente parada (que al final fueron dos o tres).

Este camino se llama así porque Nishida Kitaro, un filósofo japonés, decía frecuentarlo para meditar. No deja de ser un camino empedrado a lo largo de un canal, pero el truco está en visitarlo durante el Sakura. Para quien no lo sepa, Sakura es el momento en que los cerezos florecen y por lo visto en las fotos por internet, merece mucho la pena pasearse en esa época. En otoño pues un paseo tranquilo sin más.

Camino del filósofo

No recuerdo si durante ese paseo medité, pero lo que no se me olvidará fueron los colores del momiji en Kyoto y especialmente en Eikando. Con pena de dejar esta maravillosa ciudad volví en bus hasta el albergue, cogí mi mochila y caminata hasta la estación. Antes de coger el tren parada a por víveres para comer durante el trayecto.

Destino: Gora

Mi primera parada sería Odawara donde debería coger un tren hasta Gora, ya en la zona de Hakone. Mi sorpresa fue que al ir a comprar el billete me informaron que el servicio de trenes estaba interrumpido debido a un reciente tifón. De todas maneras habían puesto autobuses alternativos para toda la zona. 

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Los trenes de esta zona no entran en el JRPass por lo que puedes optar o por comprar billetes individuales o por pillar el Hakone Free Pass que te permite coger ilimitadas veces cualquier transporte de la zona: trenes, buses, teleférico y funicular, también incluye un viaje en el barco que cruza el lago. Yo cogí el billete de dos días y me costó unos 4500 yenes (unos 35€) que sin duda amorticé. El viaje en autobús no fue muy largo, pero sí se me quedó esa cosilla de no haber podido coger el tren ya que se veían zonas realmente bonitas rodeando las vías. 

En Odawara esperando a que saliera el bus

Una vez en Gora anduve hasta mi alojamiento para las dos noches siguientes: Irori Guest House Tenmaku. Sin lugar a dudas el alojamiento que más me gustó de todo el viaje. Ya no solo por sus instalaciones de madera bien cuidadas y la amabilidad de los trabajadores, sino por las cenas irori que cada noche montaban y creaban un ambiente genial.

Pero antes de cenar tuve tiempo de explorar un poco la zona. Fui hasta la estación del funicular, que cogí para subir a un «barrio» de más arriba y luego dar un paseo bajando desde allí. Estaba todo muy tranquilo ya que la noche se estaba echando encima y los turistas ya habían vuelto a sus alojamientos y/o ciudades. Mucha gente va y vuelve en el día desde Tokyo, cosa que no recomiendo ya que por lo menos un día y medio necesitas para ver decentemente algo del lugar. 

En el Funicular

De vuelta en el albergue vi que estaban ya preparando la cena en el Irori así que mientras tanto me pedí una cervecita (porque tiene bar el lugar) y me puse a charlar con los demás huéspedes. El Irori es un hueco cuadrado en medio de la estancia que se usa a modo de chimenea y cocina. Nuestra cena consistía en pescado, verduras y carne que nos íbamos pasando en boles y que luego fuimos cocinando sobre el irori. Por si no os lo imagináis en la foto se aprecia perfectamente. 

Cena en Irori

El ambiente fue muy distendido y la verdad que hubo conversaciones muy interesantes (también alguna más estúpida) con gente de diferentes partes del globo. Después de cocinar unas nubes de postre ya cada uno se fue recogiendo a hacer sus cosas, pero nos quedamos un grupillo echando unas cervezas y charlando de nuestras vidas y planes para el día siguiente. La atracción principal de la zona son las vistas al monte Fuji y parecía que al día siguiente iba a estar despejado, así que cada uno se montó y explicó su ruta con la ilusión de al despertarse poder ver tan mítica montaña. ¿Lo conseguiríamos?

Mapa del Viaje (Itinerario, restaurantes, alojamientos, pubs, lugares de interés)

En este mapa podrás encontrar todos los lugares de los que hablo y localizarlos en el mapa. Para disfrutar en su totalidad recomiendo abrirlo en página completa donde podrás elegir las capas que quieras y
así te será más fácil navegar por él. 

Itinerario 

 Pinchando en ellos accederás al capítulo correspondiente del diario de viaje.

 

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