
Retales de la antigua URSS. Día 2: Descubriendo Chisinau
DÍA 2 (02-09-12) CHISINAU
Al
final no fue ni el pasaporte ni el ruido del tren, mi garganta, que parecía
haberla estado rastrillando durante una semana, me hizo pasar una noche
bastante horrible. Pero no es momento de contaros mis penas, vayamos al lío…
A las 3 y pico de la mañana
soltaron el único vagón de asientos que había en el tren, lo que significaba
que nos estábamos acercando a la frontera. Poco antes de las 4 entra el revisor
al compartimento a despertarnos, para que acto seguido un policía rumano nos
confisque los pasaportes. No sabíamos si tardaría mucho o poco, si intentar
volver a dormir o no, yo opté por intentarlo ya que se estaba tranquilo y sin
ruidos. Sabia decisión, aunque apenas pude sobar poco más de media hora, el
policía no volvió hasta una hora y media después. El tren comenzó a moverse de
nuevo, esta vez hasta la frontera moldava. Una policía muy apañada nos pasó
todos los pasaportes por un lector que tenía enganchado a un portátil e hizo
todas las gestiones muy rápidamente, el tren no tardó ni 30 minutos en
arrancar.
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Nuestro compartimento antes de la fatídica noche |
Aprovechando el movimiento
decidí ir al baño para no tener que volver en todo el trayecto y poder emplear
el tiempo en dormir. Pero en plena faena tocan a la puerta, insisten, le grito “occupied”,
pero no me entienden con lo que acelero y salgo del baño. El revisor a
empujones me mete en mi compartimento y cierra bruscamente el baño echándole la
llave a grito de ¡no sanitarium! Fue después cuando me di cuenta de que el tren
estaba en el tedioso proceso de cambio de ruedas, ya que en Moldavia la vía
tiene otra anchura. Para la siguiente que avisen.
Nuestro selecto baño
Videos en youtube del cambio de ruedas:
Por suerte, las siguientes
horas, ya diurnas, las pasé dormido. Llegamos a Chisinau a primera hora de la
mañana y nada más llegar nos tocó hacer el cálculo de cuántos lei sacar. Dinero
moldavo en mano salimos en busca de un minibús que nos llevara hacia el
albergue. Conseguimos cazar uno. Agazapados en su interior y estorbando el paso
de los que entraban y salían, nos pasamos de parada y gracias a un lugareño nos
pudimos parar en la siguiente, ya que evidentemente nosotros ni puta idea. Alcanzamos la calle desde donde venían las
indicaciones para el albergue y llegamos hasta la calle adecuada, mientras
buscábamos el portal del Retro Moldova Hostel, aparecieron dos chicos jóvenes
que trabajaban en él. Es un poco complicadillo de encontrar ya que la entrada
está en un jardín que ni parece calle ni nada, pero alguna flecha pintada por
ahí sí se ve. El albergue resultó ser una casa con dos habitaciones
reconvertidas a dormitorios comunitarios de 6 y 4 personas, una cocina, un baño
y un salón con el ancho de un pasillo. Eso sí, estaba todo bastante nuevo y
limpio. Además nos indicaron en un mapa todo tipo de lugares de interés como
bares, pubs y discos. Como aún era muy pronto para hacer el check in, dejamos
las mochilas allí antes de salir a ver la capital del país más pobre de Europa.
El mapa de la ciudad es
totalmente cuadriculado, lo que a veces ayuda y otras dificulta encontrar los
sitios. No habíamos desayunado, pero por el camino tampoco encontrábamos lo que
en España llamaríamos cafetería. Solo estaban abiertos una especie de pubs
chics en los que ponía coffee and cocktails. Optamos por entrar en uno de ellos
a preguntar si servían algo de comer, nos dijeron que tenían tostadas así que
ahí nos apalancamos. Nos trajeron la carta del sitio, repleta de cócteles y mil
tipos de bebidas, tras 5-10 min de investigación concienzuda conseguimos
localizar cacao, el tema de la bebida ya lo teníamos claro, pero ni rastro de
las tostadas. Llamamos al camarero por eso de desayunar antes de que se hiciera
de noche y nos indicó el escondite secreto de las tostadas, pedimos un par de
las supuestas tostadas sin saber qué nos iba a traer. En cuanto llegó la
comanda vimos lo que verdaderamente habíamos pedido, un colacao en taza de café
y dos sándwiches más o menos mixtos.
Ya terminado el desayuno fuimos
a dar una vuelta por la ciudad. La impresión es de una ciudad con gente muy
joven, muchos parques y arbolado, calles grandes y un número de bancos (para
sentarse) que no hay ábaco que pueda contarlos.
Paseamos por la catedral y el
parque donde se encontraba, luego subimos al vecino parque de Stefan no se qué.
Pillamos una gran avenida pasando entre grandes edificios imponentes, algunos
pertenecientes al gobierno. Llegamos hasta la embajada rusa y dimos media
vuelta, esta vez rumbo a la estación de autobuses para mirar los horarios a
Tiraspol, nuestro siguiente destino (foto explicativa más adelante). La pateada fue bastante grande y justo al
lado de la estación hay un mercado, con la buena suerte de que al ser domingo
el mercado se multiplica x 100 ocupando la mayor parte de las callejuelas
aledañas. Nos costó lo suyo llegar a la estación, pero cumplimos nuestro
cometido, apuntamos los horarios y a otra cosa mariposa.
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Catedral |
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Plaza de la catedral |
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Arco del Triunfo |
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Enormes avenidas |
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Parque Stefan |
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Imponentes edificios |
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Horarios Chisinau-Tiraspol (primera columna son las salidas, la segunda las llegadas, la tercera y la cuarta son del trayecto inverso) |
Para la visita a Chernóbil que
teníamos unos días más adelante se necesitaba ir con manga y pantalón largo,
Luis, aunque había traído abrigo y sudadera, por miedo a cocerse decidió
comprarse una camisa en el mercadillo. La verdad que el precio no es que fuera
para nada barato. Empezaba a entrar gazuza con lo que salimos del agobiante
mercado para buscar un buen sitio para comer. En el plano-guía nos habían
marcado varios que no parecían demasiado lejos de la zona. Encontramos el
primero y dentro se estaba celebrando un banquete de boda, con lo que decidimos
probar suerte con el Eli Pili. El sitio está bastante bien acondicionado, con
buena terraza y un menú muy bueno en días laborables. Como no era este el caso,
tiramos de carta. Nos decidimos por un chapati (o algo así) o lo que es lo
mismo unbocatadelahostia. Reposamos la comida y la cerveza antes de emprender
la pateada hasta el albergue. Realmente no estaba tan lejos, pero el cansancio
del tren nocturno comenzaba a hacer mella.
Nuestra comida
En el albergue frikeamos un rato
y una mini-siesta, ducha reparadora y listo para salir por ahí. Si una cosa
caracteriza a Chisinau es el ambiente que hay y la cantidad de pubs y
discotecas. Antes de echar unas cervezas dimos una vuelta por otro de los
parques de la ciudad, perplejos nos quedamos al ver que en los atestados
parques la gente enchufaba sus portátiles detrás de los bancos y se conectaban
a una red pública.
En el albergue
Pateando y desechando un par de
pubs al más puro estilo Ibiza, llegamos hasta el “ecce homo” tan famoso que
sirvió de inspiración a Cecilia, ¡y nosotros sin saber que estaba en Chisinau!
Al final plantamos el huevo en una terraza con bastante ambiente juvenil e
incluso teníamos a unos alemanes hinchándose a cócteles a nuestro lado.
Ecce Homo
Rómulo y Remo cerca del Ecce Homo
Cerveceando
Cayó la noche y también las
cervezas, empezaba a refrescar y pese a que todas las terrazas tenían mantitas
para el frío, decidimos volver al cálido hogar que habíamos pagado y pasar
antes por un super 24h para pillar algo de cena. El supermercado estaba petado,
pero no de chavales comprando alcohol, sino de todo tipo de gente comprando
comida y demás enseres. Nos decidimos por un paquete de pasta y una salsa
napolitana, cero ganas de complicarnos.
Como buenos españoles de viaje,
nos pusimos a cocinar pasadas las 23h, yo aproveché para darle uso al viber
mientras dejé al chef Luis en la cocina. Después engullimos la pasta como si no
hubiera fin, la verdad que estaba bastante buena, y catamos nuestras aguas
minerales en pos de encontrar aquella que menos supiera a gas, un suplicio
vamos. En nuestra habitación compartida solo había unas chicas alemanas de las
cuales una hablaba español, estaban viendo una peli y aprovechamos para
organizar el cotarro. En el salón, un trabajador del hostel y un nuevo
inquilino veían videos en el ordenador. Ya tirado en la cama no tardé mucho en
sobarme, solo el rato que la garganta dejó de darme mucho la lata.
Siguiente capítulo: DIA 3 (03-09-12) CHISINAU – TIRASPOL
Itinerario
DÍA 0 (31-08-12/01-09-12) MADRID-BUCAREST
DIA 3 (03-09-12) CHISINAU – TIRASPOL
DÍA 3 (03-09-12) TIRASPOL-ODESSA
DÍA 5 (05-09-12) KIEV (Parte I)
DÍA 5 (05-09-12) KIEV (Parte II)
DÍA 6 (06-09-12) KIEV-CHERNOBYL (Parte I)
DÍA 6 (06-09-12) CHERNOBYL-KIEV (Parte II)
DÍAS 9 y 10 (09 y 10-09-12) LVIV-SHEHYNI/MEDYKA-PRZEMYSL-RZESZOW-GIRONA-MADRID

